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lunes, 8 de febrero de 2010

"Sueño de una noche de verano"


Retomo mis visitas a La Plaza, retomo mis aportaciones a este sitio de Libertad. Y lo hago desde mi respeto por todo lo que aquí se dice, sin por eso tener que estar de acuerdo con todos y cada uno de los "tertulianos". Unas veces puede ser Gargantua, otras Ferluky, Doncel, Guillermo, etc. etc., pero siempre feliz por escucharos, que me leáis y que, entre todos, profundicemos en la democracia y respeto que este país tanto necesitaba.
Dicho esto solo me resta añadir que, en los momentos de tribulaciones y "cambio de siglo" en el que nos encontramos, nadie tiene la panacea del éxito político, nadie tiene la respuesta del éxito económico, ni tampoco del social pero, el futuro, nos espera ansioso. Es nuestro compromiso con él, el que puede dar respuestas al momento presente.
Se nos llena la boca con frases hechas, con recetas y fórmulas carentes muchas veces de rigor, con las que, unos y otros, queremos escapar a La Verdad: estamos más confusos y perdidos que "el barco del arroz". Cuando asumamos esto y busquemos, desde la humildad humana, las claves a la "nueva era" que está naciendo, podremos hablar de soluciones. Cuando seamos capaces de enterrar el "por tu culpa" o el "y tú mas", estaremos comenzando a caminar hacía el futuro. Pero no pensemos que, por perdernos entre si eran galgos o podencos, vamos a eludir lo inevitable: Nuestro pueblo, nuestra sociedad como la entendíamos hasta ahora, ya no existe, todo esta en un proceso de cambio como los que se han ido produciendo a lo largo de la Historia del hombre y de su cultura. Cerrar los ojos, esconderse en el caparazón, mirar para otro lado, pensar que todo volverá a ser "como antes", es solo querer perder, una vez mas, el tren del momento.
Es el momento histórico en el que, con la clase política, económica y social a la cabeza, toda la ciudadanía de un paso al frente, asuma sus propias e ineludibles responsabilidades y, por fin, junten sus fuerzas en un verdadero proyecto común. Olvidar por un tiempo las “derechas e izquierdas”, los “ricos y pobres”, los “buenos y malos de cada película”, las “municipales , autonómicas o nacionales”.
Lástima que esto solo sea un “sueño de una noche de primavera”, como no podía ser de otra forma estando en pleno febrero.