Durante los últimos días, se ha venido produciendo en Valencia, una serie de acontecimientos a los que se les ha venido en llamar "la primavera de Valencia".
Nada mas lejos de la realidad. Por lo menos a mi, lo que me ha recorrido por el cuerpo, ha sido un escalofrió invernal, al ver la respuesta que se ha dado a estas manifestaciones de estudiantiles.
Recuerdo de años pasados han vuelto a mi memoria.
Hacía tiempo que, con tan poca provocación aparente, por parte de un numeroso grupo de estudiantes de la ESO y bachillerato, recibían una respuesta tan "contundente" por parte de las fuerzas de orden público.
Estoy seguro de que, algún poder X, estaba muy interesado en crear tal clima de tensión social. No creo que, por el hecho de estar en el gobierno de la nación, otro partido político, la respuesta policial ha sido tan distinta.
Aquí se ve que, a rió revuelto ganancia de pescadores. Lo importante sería descubrir quienes son los beneficiados de tal situación.
Yo, por principio, exculpo a los miembros de la policía. Es imposible que, agentes que un día si y otro también, se juegan su vida por auxiliar o salvar a ciudadanos, recordemos el último caso de Galicia, pueden actuar "por su cuenta" sin recibir ordenes concretas y expresas de sus superiores.
Y, en la cúspide de la cadena de mando, la Sra. Delegada del gobierno, tiene la última palabra.
Qué diferencia los días posteriores al día fatídico, cuando en manifestaciones muchísimo mas multitudinarias y cortando el tráfico durante mas tiempo, las fuerzas del orden no han intervenido. Razón: la "jefa" había recibido un buen tirón de orejas y, el "gran jefe político" mas.
