El tren de los deseos

Esta tarde, sentado plácidamente en mi sillón reclinable, al amor de brasero eléctrico y de la falda de camilla, entre cabezadita y cabezadita, unas imágenes han comenzado a llamar mi atención. La 2 estaba poniendo una especie de película-documental sobre la emigración española a Europa, allá por los años sesenta.Recuerdos infantiles se fueron agolpando en mi memoria. Maletas a rallas, cruzadas con cuerdas, se movían de una lado a otro del anden, llevadas por manos encalladas por horas y horas de trabajo al sol.Rostros enjutos cubiertos de sueños, miradas perdidas en lo mas recóndito del suelo, lágrimas escondidas en el rellano del párpado, voces que apenas se elevaban por el viento.Allí, junto a tu nombre, pude verte desafiante, reclamando tu sitio en nuestra historia diaria, hecha a retazos invisibles y fieros.No se si dormía o soñaba, no recuerdo si lo que vi lo imaginé, solo siento que tus anhelos me quemaban, que tus ganas de vivir la vislumbré.Entre tantos y tan pocos tu me hablaste, de los campos y faenas del ayer, cuando con tus padres amanecías en la era, con las bestias ,el cuartillo y el deber.Luego tu andar se arrastro por la chabola, que para ti prepararon tus guardianes, bajo cero y cubierto de la blanca, aguantaste lo indecible a tantos desmanes. De la cadena a casa y a empezar, un día y otro y otro igual, sin contacto con el cuerpo de la amada, sin palabras que te hicieran sonrojar, sola el alma y solo en cuerpo, entre mantas que no saben calentar.Y luego la vuelta a España, con sueños de libertad, para encontrarte de nuevo, con mil años de soledad, ya no eres querido, ya no nos traes el pan, ahora pides un "te quiero" y no te lo queremos dar.Al final, no veo el final, el programa no quiere parar, ahora me están poniendo a gentes, que vienen de mas allá, creo que son de las américas, peruanos o ecuatorianos sin más.La Historia repite historias, que no debemos olvidar.