Hoy en día, y con los tiempos que corren, una de las tareas mas ingratas es ser funcionario en cualquiera de las dependencias del Sistema Extremeño Público de Empleo. Debe resultar de lo mas estresante ver pasar cada día, por delante de nosotros ,colas interminables de seres humanos con sus múltiples situaciones personales, muchas de ellas al límite de lo inimaginable.
Un funcionario del SEXPE debe conocer muy bien el alma del parado, sus anhelos, frustraciones, resentimientos, esperanzas, quimeras y desengaños.
Debe ser experto en el arte de "saber escuchar", empatizar y orientar, si no quiere caer en la burocracia, el vuelva Ud. mañana o el "falta tal póliza".
Un funcionario del SEXPE, que tiene su sueldo a fin de mes asegurado, porque para ello "ganó" su plaza vitalicia en una oposición, debe hacer un gran esfuerzo para "entender" a tantos y tantos trabajadores que, por motivos casi siempre fuera de su control, andan deambulando de empresa en empresa, mostrador en mostrador, ventanilla en ventanilla o entrevistas sin respuestas, a la caza de un puesto de trabajo que, por lo que parece, siempre se lo han ofrecido a otro.
Por eso es difícil de entender a aquel funcionario/a que, altivamente y mirándote con desdén, solo se dedica a ponerte pega tras pega, inconveniente tras inconveniente, en mor de "lo que dice la norma, de lo que dice la ley". Y no digamos cuando, el funcionario/a de turno, te dirige a la supervisora de turno. La "jefa" del negociado, amparada en su "poder omnipotente" dicta sentencia diciendo con voz engolada: "la ley es la ley”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario