Badajoz a 29 de noviembre de 2013.
Querid@s paisan@s:
Espero que al recibir estas letras os encontréis bien de salud, yo bien gracias a Dios.
Deciros que tod@s aquell@s que un día nacimos en el pueblo o somos hij@s de quintanejos, siempre, siempre, nos hemos
sentido orgullos@s de nuestras raices.
Es verdad que cuando eramos niñ@s , mas de una vez se han podido reir de nosotros fuera del pueblo,
por utilizar “palabras” que ellos no comprendían.
Caso de “estar jilando”, nuestro “averaverave”, “estar enguachinao”, “esfaratao”, “espercudio”…
Palabrejas tan queridas y utilizadas por nuestros padres, aprendidas en nuestra niñéz, pero tan lejanas y desconocidas,
por nuestros amigos en el Pais Vasco, Cataluña, Madrid… y un sin fin de sitios repartidos por todo el mundo.
Contaros que, cada vez que vuelvo al pueblo o escucho noticias
sobre él, siento un hormigueo en el estómago
y una sensación de nostalgia me invade por momento.
El caso es que, aunque os parezca mentira, cuando estoy ahora en Quintana… me siento “de fuera”.
No llego muchas veces a “comprender y entender” las “cosas” del pueblo.
Creo que es una sensación que solo podemos sentirla, en toda su amplitud, aquell@s que formamos parte de la diáspora.
Por eso vamos a intentar, por todos los medios a nuestro alcance, encontrar aquellos lazos comunes,
aquellos temas vivenciales y culturales que nos hagan sentir a tod@s
más próximos y unidos.
Ese es el fin último que me está moviendo, y no intereses personales, a luchar por la creación de un “espacio etnográfico”.
Pienso que podría ser el
“lugar común” donde nos viésemos reflejados , tod@s aquell@s que un día
“dejamos” el pueblo, para buscar una vida mejor, con los que
continuaron viviendo y trabajando en Quintana.
Siempre vuestro, este que os quiere.
Eduardo de Quintana.