El gran engaño...o tal vez no.

¡Qué gran engaño¡

La vida es un engaño total para los humanos. A quien se le ocurriría decir que somos el escalón mas alto de la evolución de las especies, cuando somos los únicos conscientes de la muerte. Esa enigmática parca, de la que hablamos lo menos posible, siempre con un escondido sentimiento de miedo y respeto. La ignoramos en el día a día, como si no existiera, como si no fuese con nosotros. Y de pronto, súbitamente, como un mazazo en plena frente, se nos presenta en forma de familiar, amigo, conocido o uno mismo. Durante unos minutos, días, meses, o hasta el final, gira a nuestro lado abrazando cada uno de nuestros pensamientos, sensaciones y deseos. Después vuelve a ocultarse en lo más profundo de nuestro cerebro primario, habiéndose cobrado su cuota de vida. Y vuelta a empezar.

¿O tal vez no?

Quizás la evolución nos ha dado armas contra el engaño, contra el miedo ancestral y la frustración. Qué decir de las religiones, que poso de consuelo y resignación embarga el corazón de aquellos que creen en un ser superior. Cómo se llena el alma de fe, de esperanza aquí y en el mas allá.

Que decir de los que, sin creer en la trascendencia de la vida, abrazan el trabajo, la política, la investigación, el arte, el servicio a los demás, la ecología, la familia y amistades, etc., como base permanente de sus vidas, mirando el futuro como algo lejano y siempre por llegar.

Si, debe ser verdad. La vida es un cúmulo de apuestas, retos, miedos, esperanzas, ilusiones y desengaños. Un cóctel misterioso y alucinante que nadie, nadie quiere perder.

Animo para aquellos que la ven peligrar y lucha y apoyo para todos. En esta barca vamos todos.