Tsunami Obama

Dejemos que el tsunami Obama se calma, se apacigüe poco a poco. que todo volverá rápidamente a su cauce.
Pero ¿y si no vuelve? ¿Y si entre muchos conseguimos que perdure y se extienda? Ya sabemos que las utopías no llegan nunca a cumplirse del todo, pero...

Las barreras al cambio siempre han sido fuertes y poderosas en cualquier ambiente y lugar. El cambio da miedo, trae incertidumbre y remueve cimientos, todo ello lo mas alejado de los fundamentalismos políticos-social-religiosos imperantes en cada momento o época. Pero también sabemos que, las distintas sociedades que nos han precedido, siempre se han ido alimentando y creciendo de esos impulsos generadores de cambio, de "arreones" de progreso y libertad.

En esta situación mundial de crisis económica, de confusión ideológica, de hundimiento de muchos valores heredados del XIX, la sociedad se encuentra ávida de liderazgo. La balanza necesita muy poco para desequilibrarse hacia un lado u otro del fiel. En situaciones parejas, que las ha habido a lo largo de la Historia del hombre, antes o después ha aparecido un pensamiento, aglutinador de las inquietudes y necesidades colectivas de los pueblos, que ha servido de motor imparable de ese cambio anhelado. Y a la cabeza del mismo, han aparecido grupos de líderes empeñados en dar forma real a ese sueño colectivo. El momento actual es clave, pues no todos los líderes y cambios se pronuncian en sentido positivo.

La suerte de los pueblos, de las sociedades, se juegan en unas “partidas” donde no están todos los que son, ni todos los que son merecen serlos.
Esperemos y apostemos por que, en los años venideros, tengamos la suerte de acertar colectivamente con los cambios que el momento reclama.